El FBI pagó al menos de 1,3 millones de dólares por acceder a la información del móvil del autor de la matanza de San Bernardino. En un evento de seguridad que se celebra estos días en Londres el director de la agencia, James Comey, no quiso precisar la cantidad exacta pero aseguró que fue «significativa» y más de lo que ganará en los siete años que le quedan en su cargo.
Dado que su salario es público, aproximadamente 183.000 dólares al año, el precio pagado para obtener la información supera el millón de dólares. La agencia no ha facilitado el nombre del experto en seguridad que ayudó a sortear las barreras de seguridad del iPhone 5c de Syed Farook, autor de la matanza, pero en marzo confirmó que se trata de una vulnerabilidad que sólo afectaba a ese modelo de teléfono concreto y que la misma técnica no se podrá usar en casos posteriores.
Tras el anuncio del desbloqueo varios analistas especularon con la posibilidad de que la compañía que ayudó al FBI fuese la israelí Cellebrite pero según el Washington Post el FBI recurrió a los servicios de un consultor externo con acceso a una vulnerabilidad no publicada.
Comey, sin embargo, considera que el dinero estuvo «bien invertido». En una comparecencia ante el Congreso de EEUU la agencia federal reconoció que de momento no han encontrado mensajes o llamadas que relacionen a Farook con otros miembros de Estado Islámico (IS) pero que aún continúan analizando los datos recuperados.
El FBI mantuvo hasta mediados de marzo un enfrentamiento con Apple, a la que pedía la creación de una versión modificada del sistema operativo iOS que facilitara el acceso a la información cifrada almacenada en el teléfono. Apple se negó. «Colaboramos con frecuencia con las fuerzas de seguridad, pero lo que el FBI nos pide pone en peligro la seguridad y privacidad de todos nuestros clientes», aseguró Tim Cook en una carta abierta.
Tras descubrir un método alternativo para acceder a los datos del móvil, el FBI retiró la demanda a Apple por el caso de San Bernardino pero mantiene un enfrentamiento similar por el acceso a los datos de un teléfono relevante en un caso de narcotráfico que se juzga en el estado de Nueva York.