Lo reconozco. Yo fui uno de los primeros escépticos al conocer la duración prevista del Apple Watch. Acostumbrado a varios días, incluso una semana entera sin cargar del Pebble Time, pasar de tener que cargar el reloj de Apple todas las noches me parecía casi un insulto. Los de Cupertino mantenían la filosofía del iPhone, es decir, cargar a diario el dispositivo para que en la jornada siguiente estuviera preparado con la batería al máximo de su capacidad.
Y fue así cuando me até por primera vez en Apple Watch mi muñeca. El primer día comprometería prácticamente cada hora, con una extraña sensación de angustia y con el sentimiento de que aquello no sería para mí. Los primeros días transcurrieron así: cada poco tiempo mirando la batería, e intentando no abusar del dispositivo para poder aguantar toda la jornada usándolo.
No es necesario cargarlo por las noches
Sin embargo, poco a poco fui descubriendo que era raro el día en el cual no llegara a la cama con el Apple Watch por debajo del 30 o 35% de la batería, y de hecho, jamás tuve que activar el modo Ahorro de Energía. Y puedo considerarme un usuario intensivo del reloj: hago varias llamadas a diario, lo utilizo para consultar Instagram, respondo correos, y también hago un uso intensivo de iMessage. Debo decir, en cualquier caso, que lo primero que hice en cuanto lo tuve en mi mano, fue configurar el brillo de pantalla al mínimo, porque me parecía suficiente en cualquier situación de luz externa.
Durante estas primeras semanas de uso, lo cargaba todas las noches junto con el iPhone y el iPad, y así cada mañana tenía el máximo de batería en el dispositivo. Seguía, de esta manera, la filosofía de funcionamiento de un móvil. No obstante, no pasó mucho tiempo hasta que decidí cambiar de estrategia: intentaría no tener que utilizar el dispositivo cargándolo todas las noches ¿Por qué era esto importante para mí? Básicamente por dos motivos, no utilización del Apple Watch como despertador, y el seguimiento de la calidad del sueño.
LOS ÍNDICES DE SATISFACCIÓN DEL APPLE WATCH DEMUESTRAN QUE LA BATERÍA NO ES UN PROBLEMA
En realidad estas dos funciones representaban algo que yo sinceramente echaba de menos del Pebble. Es cierto que hasta la fecha utilizaba una aplicación en el iPhone para medir la calidad del sueño, pero siempre tenía la sensación de que era menos precisa que contar con un dispositivo en tu muñeca, que mide exactamente todos los movimientos durante la noche. Y ese día decidí probar una nueva forma de cargar el dispositivo, y lo primero que hice es localizar en el día aquel momento en el cual estoy en casa, pero realmente no necesito el Apple Watch.
Cada uno podrá encontrar su momento de inactividad durante el día, en mi caso era ese y me puedo aprovechar de otra de las ventajas del dispositivo de la que no se ha hablado mucho: su elevada velocidad de carga. Ahora, a diario, justo antes de preparar la cena, pongo el Apple Watch a cargar, y cuando me acuesto, está a tope de batería. En el momento de meterme en la cama, me vuelvo con el reloj, y programo la alarma y la aplicación de seguimiento de la calidad del sueño, que en mi caso es Sleep Pulse 2.
Qué he ganado:
- Monitorizar la calidad del sueño : Para mí se trata de una de las funciones más importantes del reloj inteligente, y ahora tengo la certeza que la medición es precisa. El acelerómetro del Apple Watch mide a la perfección cada movimiento, y lo que es más interesante, es que desde esta aplicación sin necesidad de ir al iPhone, puedo ver cómo ha transcurrido la noche. Eso sí, es importante acordarse de poner el reloj en modo avión y no molestar todas las noches o si no sucederán dos cosas: que se consume buena parte de la batería por un lado, y por otro que el reloj entenderá que sigues en activo y te indicará que debes ponerte de pie, con lo cual te puedes despertar.
- Alarma silenciosa : se acabó el molestar a tu acompañante cuando te despiertas a una hora diferente, y por otro lado despertarse con una vibración la muñeca, es siempre más agradable que hacerlo con un pitido. Por otro lado, es mucho más útil poder mirar la hora por la noche, y no tener que estar pendiente del despertador de mesilla.
Qué he perdido:
Lo cierto es que prácticamente nada. Una vez que te acostumbras a quitarte el reloj a esa hora el día, que por otro lado conviene para poder desconectar durante un momento, todo sucede rodado. Y las pocas veces que he olvidado ponerlo a cargar durante esa franja de tiempo, por la mañana siguiente todavía tenía batería para aguantar un buen rato más, o hasta que decidí volverlo a cargar en otro momento.
En conclusión, yo era otro de los que inicialmente pensó que una duración de la batería tan corta mermaría el funcionamiento del producto, pero me he convencido por el peso de los hechos de que no es así, y esto lo certifica el elevado índice de satisfacción del Apple Watch entre sus usuarios, en el que muy pocos han protestado por la duración de la batería.